Nueva hermana




Hoy no es un buen día.
Ha nacido mi hermana. Es hija de mi padre con su nueva mujer. Pero como no me hablo con ninguno de ellos, no he ido a verla.
No que mi padre no me haya “invitado”. Si que lo ha hecho. Dios no quiera que él quede como el malo. No, mejor que lo haga yo.

Pero, ¿con qué cara les miro, con todo el daño que me han hecho? ¿Cómo me presento allí, en un día que para ellos será tan feliz, teniendo que tragarme todos mis reproches? No soy capaz.

Se que está mal. Esa niña, que por cierto mi abuelo me ha dicho que se va a llamar Maria, no tiene culpa de nada. Es alguien inocente. Simplemente, ha nacido en un mal momento.

Solo espero que mas adelante, realmente consigamos solucionar las cosas. Mi padre, que tanto se quiere hacer el bueno, ya sabe qué tiene que hacer para cambiarlo. Pero aunque se lo haya dicho, él simplemente pasa. Se ríe, de mí, de mi hermana y de mi madre.
Pero luego quiere quedar bien, y se hace la victima, intentando dar pena a los demás. Él tiene la culpa de todo.

Mientras tanto, estaré esperando a que me enseñen una fotografía. ¿Imaginas que me la cruzo por la calle y ni la conozco? Sería horrible.

Amelie




Quizás sería un poco exagerado decir que mi mundo ha cambiado.
Pero realmente, algo ha pasado hoy, cuando he visto Amelie.



Un pez con instintos suicidas;




Un hombre que recupera su pasado;




Un hombre que vuelve a ver, a pesar de ser ciego;




Un hombre que cree enloquecer por unas travesuras;




Un hombre misterioso;




Un hombre encerrado que ve por unos prismáticos;




Una mujer que deja de enfermar por amor;




Un gnomo de jardín que viaja por el mundo;




Una mujer que vuelve a ser feliz gracias al mont blanc;





Un hombre que colecciona recuerdos;




Una mujer que ayuda a los demás....







Todo eso y mucho más es Amelie.

Cada personaje de la película es único, totalmente vivo, capaz de cautivarte. Cada historia te hace estremecer, consigue conmoverte.
En una sola película he podido alegrarme, entristecerme, ilusionarme, molestarme, decepcionarme para luego volver a esperanzarme.

Ojala mi mundo fuera el de Amelie. Ojala todos pudiéramos aprender y ser un poco como ella.